Caso clínico

TEMA 2

Factores de riesgo de trastornos psiquiátricos en niños y adolescentes

PA. Figueroa Quintana, A. Díez Suárez

 

Planteamiento 1

Niño de 7 años, el menor de tres hermanos. «No pudo ir a la guardería −explican sus padres− porque cuando intentábamos dejarlo, lloraba como si lo estuviéramos matando.» Durante los tres cursos de educación infantil, al entrar al colegio lloraba cada día durante 10-20 minutos; el primer año lo hizo durante todo el curso, y el último año sólo durante el primer trimestre. Incluso ahora, en segundo de primaria (en el mismo centro y con los mismos compañeros), le sigue costando ir al colegio, sobre todo los lunes y los días posteriores a las vacaciones. Se niega a dormir fuera de su casa, incluyendo la de su mejor amigo. Su madre no quiere que sufra, por lo que ni le nombra la idea; además, también ella prefiere que se quede en casa, para poder controlar qué come y cómo duerme. Su hermano de 18 años tuvo una crisis de ansiedad por primera vez hace unos meses.

Planteamiento 2

Niña de 8 años, que siempre ha sido tímida e introvertida. Cuando sus padres la convencen para ir a un cumpleaños, luego sólo suele recordar los aspectos negativos, como el premio que no le tocó o el arañazo que se hizo. Su padre reconoce que él de pequeño era igual. Su madre, que sufrió una depresión tras el fallecimiento de la abuela materna, se siente culpable por «no haber estado ahí» los dos últimos años. También cree que ha podido influir negativamente su incorporación al trabajo cuando la niña contaba con menos de 1 año de edad. Al nacer su hermana menor, la paciente comenzó a mostrar síntomas regresivos, como hablar como una niña más pequeña y presentar enuresis nocturna secundaria. La ven triste, llora a menudo, su rendimiento escolar está empeorando y comienza a decir que la familia estaría mejor sin ella.

En la figura 1 se reproduce el dibujo que hace en la consulta. Como puede observarse, la niña dibuja a todos los miembros de la familia mirando hacia su hermana pequeña, Ángela, de 4 años. La hermana menor mira al frente, está menos definida, y se señala que es «pequeña». Además de la adaptación al nacimiento de una hermana menor en el contexto de una familia numerosa en la que ella era hasta ese momento la menor, hay que tener en cuenta que Ángela nació con síndrome de Down y un notable retraso psicomotor. Sus padres habían transmitido a la paciente que era muy importante cuidarla, y toda la familia estaba muy involucrada en sus cuidados, y en especial en la idea de que la estimulación precoz era muy necesaria para su desarrollo.

Planteamiento 3

Niño de 12 años. Según sus maestros, siempre ha sido poco trabajador, lo deja todo para el último momento y rinde muy por debajo de su capacidad. Es impaciente y ahora, con el inicio de la adolescencia, esto se ha vuelto problemático, porque se enfurece con facilidad ante la mínima contradicción. A su madre no le sorprende; dice que el niño se parece a su padre, que también tiene «carácter». A pesar de ser muy inteligente, el padre no cursó estudios superiores. Entre los antecedentes personales del niño destaca que fue un recién nacido pretérmino; nació a las 32 semanas de edad gestacional, con peso bajo. La madre lo atribuye a que fumó durante el embarazo.

Planteamiento 4

Los padres de un niño de 3 años acuden alarmados a la consulta porque, al iniciar la escolarización, desde el colegio les han advertido de la posibilidad de que su hijo sufra un trastorno del espectro autista (TEA). El niño empezó tarde a decir sus primeras palabras, y de hecho su lenguaje aún sigue siendo pobre para su edad. A la tutora le llama la atención que en todo el curso apenas ha conseguido que la mire a los ojos, y dice que busca poco la interacción con otros niños. Se pasa horas jugando solo, y lo que más le gusta es alinear objetos o jugar con algunas partes de ellos (por ejemplo, las ruedas de los coches). Los padres, primerizos, habían sospechado por primera vez que algo no iba bien en el desarrollo de su hijo hacia los 18 meses; lo relacionaron con unos días de fiebre tras las vacunas administradas en ese momento. Cuando se les pregunta por antecedentes familiares, destaca que tanto el padre como la madre eran mayores de 45 años cuando ella se quedó embarazada. El embarazo fue complicado, porque la madre tenía obesidad y diabetes gestacional, además de tiroiditis.

 

 

Caso clínico

TEMA 1

Psiquiatría del niño y del adolescente. ¿Cómo realizar el diagnóstico?

P.J. Rodríguez Hernández, L. Lermo Vidal

Presentación del caso

Laura es pediatra en un centro de salud. Uno de los niños a los que atiende se llama Raúl y tiene 11 años. Laura conoce a su familia (también fue la pediatra de su madre) y al niño desde que nació.

En la historia familiar de Raúl destacan los siguientes datos: hijo único, nacido a las 35 semanas de gestación (recién nacido pretérmino con peso adecuado para la edad gestacional); padres separados 9 años antes (separación amistosa, con buena relación actual), con régimen de custodia compartida; la madre da la impresión de «persona muy nerviosa» desde que era una niña, según recuerda la pediatra; este rasgo está presente también en otros miembros de la familia, aunque en la historia clínica de Raúl no consta que hayan utilizado algún dispositivo de salud mental o hayan recibido tratamiento psicofarmacológico.

Raúl acude al centro de salud acompañado por su madre, que está preocupada porque en los últimos 3 meses el rendimiento académico de su hijo ha disminuido mucho: Raúl ha pasado de ser un alumno brillante a tener varios suspensos. La pediatra indaga sobre los posibles motivos de este cambio aplicando un algoritmo de evaluación de la salud mental en la infancia.

En primer lugar, pregunta sobre la situación familiar; constata que no hay datos que indiquen cambios y que la relación entre los padres separados sigue siendo amistosa. En cuanto a los factores de riesgo, pregunta a la madre por los antecedentes médicos de la familia, especialmente por los relacionados con la salud mental. La madre responde que tanto ella como la abuela materna han estado en seguimiento en una unidad de salud mental por ansiedad (concretamente, según refiere la madre, el diagnóstico en ambos casos fue de ansiedad generalizada). En la historia clínica de Raúl, la pediatra anota como antecedente familiar de interés «trastorno de ansiedad generalizada» en la madre y la abuela materna. Aunque Laura no cree que Raúl haya consumido drogas, decide comprobarlo, pues no es la primera vez que se equivoca. Solicita un análisis de drogas en orina; los resultados, que recibe unos días más tarde, son negativos.

La pediatra pregunta si cuentan con algún informe educativo. La madre dice que no, porque Raúl siempre ha sido un buen alumno. Los informes psicopedagógicos se emiten tras la evaluación de un alumno que ha tenido algún problema destacable, especialmente en el rendimiento académico. En este caso, como la disminución del rendimiento se ha producido en los últimos 3 meses, en el colegio aún no se ha iniciado ninguna valoración. Aun así, se podría solicitar al tutor o la tutora de Raúl un breve informe sobre su evolución en los últimos 3 meses.

Tras constatar que la madre no ha observado ningún otro síntoma en su hijo, la pediatra decide hacerle una entrevista a Raúl a solas. El adolescente le comenta que desde hace 4 meses se siente muy triste sin motivo aparente. Tiene ganas de llorar y ha perdido el interés por actividades que antes le resultaban placenteras y que ahora no es capaz de disfrutar. Ha perdido el apetito y se despierta muy temprano, cuando antes le costaba salir de la cama. Esos síntomas, junto con la dificultad para concentrarse, son la causa de su menor rendimiento. Raúl se lo ha ocultado tanto a su familia como a otras personas de su entorno.

La pediatra completa la historia clínica preguntando sobre la posible presencia en los últimos meses de:

  • «Nervios o preocupaciones».
  • Preocupación excesiva por hacer alguna actividad delante de otros o temor a hacer el ridículo.
  • Pensamientos raros, repetitivos o desagradables.
  • Ataques de ansiedad, miedo a morir o a perder el control.
  • Miedo excesivo en los espacios abiertos o en cines.
  • Desmotivación o problemas de sueño.

Estas preguntas las realiza para explorar la sintomatología relacionada con la ansiedad, dados los antecedentes personales de Raúl.

Con el diagnóstico de sospecha de depresión, la pediatra deriva a Raúl a la unidad de salud mental.

 

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